Nece(si)dades
Por Alejandro Matty Ortega
Inédito en la historia de México que la Federación ponga precio por la «cabeza» de los responsables por atentar contra la vida de un periodista, cuando los ataques contra medios de comunicación han sido una constante ante la intolerancia de quienes verdaderamente tienen el poder tras el poder.
Tristeza, impotencia, ira y soledad son sólo algunos de los estados de ánimo que me provoca la indiferencia y letargo del Gobierno de la República y de los Estados, que poco o nada hacen por brindar garantías a los comunicadores en México.
Con toda honestidad, no sé si «festejar» o lamentar que ahora los responsables de la seguridad de los mexicanos se les ocurra pagar una «recompensa» de 5 millones de pesos a quienes proporcionen datos sobre los ejecutores del periodista Eliseo Barrón Hernández, quien escribía para La Opinión de Durango.
La campaña mediática de la Federación, a través de la Procuraduría General de la República (PGR), la puedo señalar como «electorera» como todas las acciones de gobierno aplicadas en tiempos de elección.
Lo más triste de esta situación es que no sé a quién demonios se le ocurrió ponerle «precio» a la labor que ejerce el Periodismo en este País, que después de Irak, es donde se cometen más agresiones contra quienes nos dedicamos a la expresión de las ideas.
Omito el concepto de «libre» no porque no existan periodistas que trabajen con integridad, sino porque al hacerlo, precisamente, son blanco letal de los grupos de poder que controlan el destino de nuestra Nación.
Lamentablemente, nada podemos hacer contra la apatía de los gobernantes en turno ya que únicamente su atención se centra en las estrategias para «heredar» sus cargos a quienes en lo posterior, serán sus «títeres con charola».
La campaña absurda del «Se busca» o de «Recompensa» no puede pasar desapercibida bajo cuatro contextos:
El primero, dada la incapacidad gubernamental y operativa de los Jefes de Seguridad se pretende «premiar» a la sociedad con cantidades de 6 ceros, estrategia utilizada hace 200 años por las autoridades norteamericanas cuando entró de moda la «Ley de la bala».
El segundo, por las estadísticas a la alta del desempleo y la carencia de recursos de las familias mexicanas para cubrir el gasto diario, el Gobierno convierte al pueblo en «policías auxiliares» que seguramente será más eficaz que los que están en activo.
Tercero, utilizar la medida como una segunda acción para reforzar el «efecto Influenza» y así, maquillar la realidad económica por la que atraviesa el País y calmar de esta manera, los ánimos sociales que amenazan con desbordar la tolerancia Ejecutiva.
Y cuarto, así como sucedió en el caso de los ataques a ciudadanos inocentes en la plaza central de Morelia y con la fuga de los 53 internos de un penal de Zacatecas, vendernos la idea de que el Gobierno Federal está realmente haciendo «la tarea».
Luego entonces, en pleno proceso electoral, fortalecer la imagen presidencial ante los electores y que bajo ninguna circunstancia, ha perdido el poder y mantiene unida la fuerza de las instituciones en México.
Cualesquiera que sea el motivo, el Periodismo se encuentra severamente herido y nada que provenga de las «altas esferas» podrá curar el daño ya hecho contra quienes ejercemos la libre expresión de la sociedad.
La única opción viable que puedo avizorar para que el Periodismo no sea blanco fácil de la impunidad es, que los futuros diputados federales elaboren leyes que protejan la labor periodística y castigue severamente a quienes atenten contra ella.
Legislar contra la delincuencia parece ser sólo una utopía en esta nación, donde este cáncer social precisamente nace, crece y se reproduce en las cúpulas políticas que evidencian cada sexenio que la impunidad, es un «patrimonio» de México.
Hasta la próxima, si Usted, Dios y la impunidad nos permiten crear otras Nece(si)dades.
PD.- Después de más de cuatro décadas dedicadas al Periodismo, los micrófonos de Radio Periódico este día serán «desconectados», pues el maestro Fausto Soto Silva deja la DM para dedicarle todo su amor a su familia a partir de este fin de semana.
Nece(si)dades reconoce su personalidad, profesionalismo, entrega y trayectoria con la máxima: «Honor, a quien honor merece».
viernes, 29 de mayo de 2009
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